Todos hemos pensado en ganar la lotería alguna vez. La promesa de una vida llena de lujos en la que satisfacer cualquier anhelo o capricho sea posible es uno de los principales motivos por los que millones de personas compran boletos de lotería cada año.
Sin embargo, existen otras personas que buscan ganarse un premio millonario por razones completamente distintas. Ya sea a causa de haber experimentado alguna pérdida familiar o por el deseo de ayudar a sus seres queridos o su entorno, la lotería también puede representar la oportunidad de dejar una huella duradera en su comunidad.
A continuación, te compartiremos cuatro inspiradoras historias sobre ganadores de lotería que, en lugar de invertir su premio en ellos mismos, prefirieron intentar mejorar las vidas de aquellos a su alrededor.
Una pérdida trágica que se convirtió en símbolo de esperanza.
En 2008, Paul y Sue Roseneau se convirtieron en uno de los matrimonios más ricos de Minnesota, Estados Unidos tras ganar nada menos que $181.2 millones de dólares en un sorteo de Powerball. Inmediatamente supieron en qué invertirían su premio.
Cinco años antes, su nieta, Makayla, había muerto a causa de la enfermedad de Krabbe, un padecimiento que afecta el sistema nervioso en bebés recién nacidos para el que no hay cura. Se estima que afecta a 1 en 100,000 bebés y, lamentablemente, la esperanza de vida rara vez supera los dos años.
Los Rosenau, enfrentando el dolor de su pérdida, decidieron crear The Legacy of Angels, una organización sin fines de lucro dedicada a educar y orientar sobre la enfermedad de Krabbe, así como financiar la investigación de nuevas formas de tratamiento y, por supuesto, una cura.
El mayor homenaje a su esposa.
Tom Crist, originario de Canadá, se encontraba de vacaciones en California en 2013 cuando, de pronto, recibió una llamada que le cambiaría la vida; ¡había ganado la lotería! Ahora con la nada modesta cantidad de $40 millones de dólares en su cuenta de banco, Tom decidió invertir su premio en algo que le traería paz tras una lamentable pérdida.
Dos años antes, la mujer con la que llevaba 33 años de casado murió a causa de cáncer. Sintiéndose satisfecho sobre sus logros a lo largo de su vida y viendo cómo sus hijos adultos viven cómodamente, llegó a la conclusión de que su premio no le serviría de nada, por lo que decidió donarlo a una organización de caridad para personas con cáncer de Calgary, Alberta.
Vidas que cambiaron con una combinación de suerte y perseverancia.
Escribiendo para la revista Marie Claire en 2016, Cynthia P. Stafford narra cómo invirtió su premio de lotería y cómo fue que consiguió ganar, pero también explica aquello que la motivó a comprar boletos una y otra vez.
Todo empezó cuando su hermano murió a manos de un conductor en estado de ebriedad y dejó atrás a cinco hijos de entre ocho y diecisiete años. Cynthia decidió hacerse cargo de ellos, pero esa no era su única responsabilidad; además de mantenerse a ella misma, también tenía una hija y ayudaba a su papá a pagar las cuentas.
Después de varios años de arduo trabajo, la bondad y el esfuerzo de Cynthia se vieron recompensados cuando ganó $112 millones de dólares en enero de 2007. Sin embargo, la parte más interesante es todo lo que ocurrió durante los últimos tres años antes de aquel gran día.
Por alguna razón, la cifra “$112 millones” apareció en su cabeza un día de 2004. Básicamente, Cynthia decidió que esa sería la cantidad que ganaría. Para lograrlo, recurrió a ciertos métodos que, supuestamente, pueden atraer la suerte. Por ejemplo, comenzó a dormir con una nota con la cifra escrita debajo de su almohada y también meditaba y se visualizaba ganando esa cantidad.
Estés de acuerdo o no con la eficacia de estos métodos, definitivamente le funcionaron a Cynthia, quien finalmente pudo cumplir muchos de sus sueños. Primero, se aseguró de que sus cinco sobrinos y su papá tuvieran todo lo que necesitaban y, después, inició una compañía cinematográfica, lo cual siempre había sido uno de sus mayores deseos.
El vaquero que se arriesgó…y ganó.
En 2009, Neal Wanless de Dakota del Sur tenía apenas 23 años de edad, pero ya estaba a cargo de un rancho entero. Lamentablemente, se encontraba hundido en deudas, principalmente fiscales, ya que sus tierras producían muy poco dinero. Tampoco podía llevar a cabo reparaciones que su rancho tanto necesitaba, por lo que debía recurrir a la venta de chatarra para ganar un dinero extra.
Un día, mientras iba en camino a un pueblo llamado Winner a comprar alimento para sus animales, decidió probar su suerte con un boleto de lotería, aunque sin mucha esperanza. Afortunadamente, los cinco dólares que pagó por sus jugadas resultaron en un premio de $88.5 millones de dólares, después de impuestos. De hecho, este es uno de los premios más grandes que Powerball ha entregado en su historia.
Al ganar, Neal invirtió en reparaciones y mejoras para su rancho, así como en pagar las deudas que tanto tiempo venía arrastrando. Pero eso no fue todo, también ayudó a su comunidad al donar parte de sus ganancias a aquellos en situaciones similares a las que él se encontraba, lo cual le ganó el reconocimiento del alcalde de Mission, el pueblo donde Neal vive.
Un sólo premio de lotería puede cambiar cientos de vidas
Historias como estas nos hacen recuperar la fe en la humanidad, pues resulta esperanzador el hecho de que, incluso de las situaciones más difíciles o trágicas, pueda surgir tanta bondad. No todos tienen la misma intención de convertirse en héroes para sus comunidades si ganan la lotería, pues no todos han experimentado situaciones que nos cambian la perspectiva de la vida.
Pero estos cuatro casos, sin duda, te pueden servir de inspiración si algún día ganas la lotería y no tienes muy claro qué hacer con tu premio.