Imagina un día lluvioso como cualquier otro. Los mismos pensamientos de siempre se acumulan en tu mente. No le das importancia a la repetición de tu rutina diaria porque sabes que todo va a acabar igual. En un instante, volteas la mirada hacia el cielo nublado buscando algo de sol y en su lugar, te alcanza un rayo. Sobrevives, aunque te queda el mal recuerdo de los días lluviosos por el resto de tu vida.
Años más tarde, decides comprar un boleto de lotería en la tienda que abriste hace tiempo y resulta que te ganas el premio. Suena irreal, ¿no? Pues esto es básicamente lo que le sucedió a Peter McCathie.
Peter, la lotería y el rayo
A la edad de 14 años Peter McCathie, originario de Canadá, recibió el impacto directo de un rayo y sobrevivió. Su cuerpo soportó más de diez millones de voltios, lo cual es equivalente a un calor más fuerte que el de la superficie del sol. Pudo haber tenido un paro cardiaco, quemaduras o el paro de circulación de la sangre a través del cuerpo, pero logró escapar prácticamente ileso.
En general, es poco probable que pueda caerte un rayo y, si le sumas a eso el hecho de lograr sobrevivir también, suena como ganar la lotería. Aunado a esto, cuando Peter tuvo una hija, a ella también le cayó un rayo. Varios años después, Peter compró un boleto de lotería junto con una colega del trabajo y se ganaron el premio mayor. En términos de azar y probabilidad, suena casi imposible. Se calculó que, para que ocurrieran los eventos del rayo a Peter y su hija, y después ganaran la lotería, las posibilidades eran 1 entre 2.6 trillones. Sin embargo, todo esto sucedió y Peter es la viva evidencia de esto.
Nada es imposible
A primera vista, no es tan evidente la relación entre la caída de un rayo y ganar la lotería. Su conexión yace en la escasa probabilidad de que sucedan las dos cosas. No es común que a alguien le caiga un rayo y la lotería siempre es vista como algo inalcanzable. Pero el ejemplo de Peter nos permite ver que siempre existe la posibilidad de ganar un gran premio de lotería (y de sobrevivir un impacto de rayo).
Los juegos de casino como las máquinas tragamonedas, la ruleta, el blackjack, etc., se basan principalmente en la probabilidad, pero esta se entiende sólo desde una perspectiva numérica y las personas no son números. Para que haya un juego, tiene que haber una persona dispuesta a jugarlo, y el hecho de hacerlo produce una ganancia, pero ¿cómo?
Decisión y determinación
Si Peter jamás hubiera tomado la decisión de comprar un boleto de lotería, nunca hubiera ganado. Sólo sería el hombre raro al que le cayó un rayo y sobrevivió. La decisión de Peter, a pesar del miedo de no ganar, fue lo que hizo que ganara la lotería. Los rayos que lo acechan a él, y después a su hija, se podrían interpretar como una especie de maldición que ya no le permitiría tener éxito a lo largo de su vida.
Peter podría haberse refugiado en el miedo y dejar que las cosas siguieran su curso, pero a fin de cuentas, la suerte la hace cada uno con sus acciones. No hay un destino determinado, somos nosotros mismos los que crean dicho destino. El ejemplo de Peter ilustra muy bien esto.
Él siguió con su vida a pesar de los obstáculos y sus decisiones jamás se basaron en sus experiencias pasadas; siempre se enfocó en su presente. Demostró que no es un número predecible sino que es una persona que no puede predecirse o contarse como un simple número. Él tiene el poder de decidir y, por medio de su decisión, acercarse a determinar el resultado de esa acción. Peter no vio azar en que le cayera un rayo, ni tampoco en ganar la lotería. Eso lo hizo ganar.
El que persevera, alcanza
Perseverar significa mantenerse constante en aquello que ya se comenzó, a pesar de cualquier probabilidad en contra o maldición eléctrica que pudiera haber. Mantenerse firme ya es ganancia dado que, en algún punto, puedes lograr un objetivo. Peter McCathie y su increíble historia es la prueba contundente de que, por más improbable que parezca, puedes ganar la lotería…y sobrevivir el impacto de un rayo.
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